Conoce la riqueza de ambas tradiciones católicas

Un enriquecimiento mutuo

Aquí aprenderás sobre el diálogo entre las tradiciones cristianas de Occidente y Oriente. Buscamos integrar diferentes perspectivas para una comprensión más completa y fiel del mensaje de Cristo.

Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. 5Un Señor, una fe, un bautismo. 6Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos. (Ef 4,4-6)

Icono vectorial de la silueta de una iglesia oriental ortodoxa

Oriente cristiano

La tradición oriental de la Iglesia es una fuente rica en espiritualidad y teología. Con una profunda devoción a los iconos sagrados y la Theotokos (Madre de Dios), los cristianos de Oriente buscan una experiencia mística de la fe. La espiritualidad monástica y la paternidad espiritual invitan a los fieles a la divinización y la comunión con Dios.

Maranatha acerca estas tradiciones al cristiano de occidente, iluminando con la luz que de oriente se difunde por todo el mundo.

Interior de la catedral ortodoxa rusa en Madrid
Interior de la catedral ortodoxa rusa en Madrid

Características del Oriente cristiano

Cristo abrazando a San Bernardo, pintura de Francisco Ribalta, 1627
Francisco Ribalta: Cristo abrazando a San Bernardo (1627)
Icono vectorial de la silueta de una iglesia occidental

Occidente cristiano

La tradición occidental de la Iglesia se destaca por su profunda veneración a la cruz, la Virgen María y los sacramentos. Con una herencia rica en santos y teólogos, como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, la teología occidental ha moldeado una comprensión profunda y sistemática de la fe. La liturgia y la arquitectura gótica, con sus catedrales majestuosas, reflejan la aspiración del alma hacia Dios.

Características del Occidente cristiano

Aquí tienes toda la info

La Iglesia de Cristo abarca dos tradiciones distintas, cada una con sus figuras ejemplares y sus desafíos. Sin embargo, comparten un rico legado de santos, Padres de la Iglesia y enseñanzas espirituales que constituyen un patrimonio común invaluable.

La Iglesia como realidad Humano-Divina

La Iglesia encuentra su razón de ser y su plenitud en Cristo, quien es la fuente de nuestra salvación. Esta salvación se entiende como un proceso de comunión con el Padre a través del Hijo en el Espíritu Santo.

Unidad en la diversidad

Según Juan Pablo II, la unión de estas dos tradiciones refleja la catolicidad completa de la Iglesia. Integrar estas corrientes esenciales es vital para que la Iglesia sea verdaderamente universal y pueda mostrar la revelación divina de manera visible.

Un faro para el siglo XXI

La plataforma aspira a ser una guía para aquellos que buscan crecer en su relación con Dios en un mundo posmoderno. Esta luz emana de la verdadera Luz que ilumina tanto el Oriente como el Occidente y que se extiende a toda la humanidad.

Complementariedad teológica

Las diferentes tradiciones teológicas, tanto del Oriente como del Occidente, se complementan entre sí en la comprensión del misterio revelado, formando una riqueza teológica única y completa.

Enfoque en el Oriente desde el Occidente

La plataforma ofrece una oportunidad para explorar la riqueza espiritual del Oriente desde una perspectiva occidental, buscando así conocer la plenitud del rostro de Cristo que ninguna tradición por sí sola puede ofrecer.

La Tradición como patrimonio vivo

Entendemos la tradición como la transmisión viva del mensaje de Cristo a lo largo de la historia, preservada por la sucesión apostólica y enriquecida por el testimonio de mártires, Padres y santos a lo largo de los siglos.

Encuentro de realidades espirituales

A través de la plataforma, acercaremos realidades espirituales características del Oriente al cristiano occidental, incluyendo temas como la divinización, el monaquismo, la iconografía y otros aspectos esenciales de la espiritualidad oriental.

Cristo como punto de encuentro

En última instancia, nuestro enfoque siempre estará en Cristo, quien es el vínculo que une todas estas realidades y nos muestra tanto su sufrimiento como su gloria, anticipando así la plenitud de su resurrección.