El Matrimonio: Amor, Libertad y Diversidad
1. La Creación y el Matrimonio
El pasaje analiza la relación de pareja: el matrimonio. Lo enmarca en la escena de la creación, «al principio de la creación –dice el Evangelio– Dios los creó macho y hembra». El hombre es creado en la diversidad, y esta diversidad hace posible que el hombre sea imagen y semejanza de Dios.
El Padre crea por amor, es decir, en libertad. Cuando falta el amor, entonces es el divorcio. La unción de Dios y el hombre, de Cristo con su Iglesia, viene representada por la unión del hombre y la mujer. Pablo, a los Efesios, les dirá: «gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia». En las bodas de Caná, el vino es el amor, vino como símbolo de la gratuidad, de donación, de amor.
2. El Amor y la Libertad
El amor es lo que nos hace como Dios porque nos hace libres. Cuando uno se siente amado, puede ser libre. Y la libertad es la característica esencial del ser humano. Por libertad entendemos la «libertad de» la esclavitud de las necesidades de la naturaleza para vivir según la imagen y semejanza, y no tanto la «libertad para» hacer lo que queramos. La auténtica libertad es la primera.
3. La Respuesta Incompleta de los Fariseos
La respuesta que los fariseos dan a Jesús es incompleta y altera la realidad. Moisés primero ordenó que el hombre y la mujer fueran una sola carne, y después, dio el permiso del divorcio. Pero en la respuesta que dan los fariseos, se saltan la primera orden y se quedan con el permiso. En esto, los fariseos reflejan que han pasado del amor a la ley.
4. La Esclerocardía: El Corazón Endurecido
Jesús, ante el permiso que da Moisés, les habla de esclerocardía, que es la calcificación del corazón. Les dice que los hombres han perdido el amor y su corazón se ha endurecido. Así se lo hace saber el Señor: «por la dureza de vuestro corazón…». Un corazón endurecido no puede acoger la palabra, palabra de amor del Padre dada desde el principio, desde la creación.
Una piedra no absorbe nada, ni siquiera una gota de agua, y menos una gota de amor. Así, la obra de Jesús es cambiar el corazón. En palabras del profeta Ezequías: «les quitaré un corazón de piedra y les pondré un corazón de carne».
5. Amor, Libertad y Ley en el Matrimonio
Los fariseos se instalaron en lo que es lícito y no es lícito. Jesús les habla del amor y de la libertad. Solo en la óptica del amor y de la libertad se puede entender lo que Dios ha hecho desde el principio con el matrimonio. El amor no es por ley, sino que la ley ha sido dada para contener el egoísmo.
En el matrimonio, cuando no se da lo que Dios ha hecho desde el principio, que es respetar la diversidad y no devorar la diversidad, entonces se produce la ruptura. El otro no es para devorar, sino para respetar.
6. El Trinomio del Amor según San Ignacio
San Ignacio solo utiliza una sola vez la palabra amor en su manual de los Ejercicios Espirituales, pero la descompone en un trinomio: alabar (que es desear el bien del otro), respetar y servir. En este trinomio, si falta un elemento, faltan todos.
7. La Belleza en la Diversidad
La relación entre el hombre y la mujer es, en definitiva, el símbolo de toda relación con lo que es diferente de mí. Es la capacidad de buscar la belleza en el otro, en el que es diferente de mí. Alabar al otro es estar contento de que el otro sea mejor que yo.
Sin embargo, a veces nos molesta el bien, y esto es diabólico, es decir, crea división. Reconocer la belleza es reconocer la diferencia del otro como uno diferente de mí.
8. La Relación: Imagen y Semejanza de Dios
La diversidad es la posibilidad de unirme a otra persona y realizar la imagen y semejanza. Por lo tanto, en la relación es donde nos convertimos en imagen y semejanza de Dios. Es entonces cuando el otro no se convierte en un rival, sino en lugar de encuentro y de semejanza con Dios. AMEN.
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